Unos bombones caseros sanos, fáciles y perfectos para calmar el antojo dulce sin remordimientos. Ideales para tener listos en la nevera o el congelador.
1½cdasde miel, sirope de arce o dátil triturado (opcional)
1½cdtade esencia de vainillaopcional
¾cdta de canela en polvoopcional
1pizcade sal
Opcional para ajustar textura
1 o 2cdasavena molida
1cdacoco rallado
1cdaagua, leche vegetal o aceite de coco
Para rebozar
Coco rallado
Cacao en polvo
Cacahuetes o almendras picadas
Instrucciones
Cocina el boniato al vapor, hervido o al horno hasta que esté muy tierno. Deja que se enfríe un poco y pélalo.
Tritura el boniato con un tenedor o procesador hasta obtener un puré suave.
Añade el cacao, la mantequilla de cacahuete, el endulzante (si usas), la vainilla, la canela y la sal. Mezcla bien hasta tener una masa densa.
Yo en esta receta usé mi famosa crema de cacahuete casera (👈 enlace de la receta), que es bastante densa. Según la que uses, si la mezcla queda muy blanda, puedes añadirle avena molida o coco rallado. Por el contrario, si queda muy seca, añade agua.
Refrigera la masa durante 20–30 minutos para que tome consistencia.
Forma bolitas pequeñas con las manos.
Rebózalas en coco, cacao o frutos secos picados.
Guarda las trufas en la nevera o en el congelador y a disfrutar.
Notas
El dulzor natural del boniato suele ser suficiente; prueba la masa antes de añadir endulzante.
Si quieres que tus trufas sanas tengan un sabor más chocolatoso, añade 1 cucharada más de cacao.
Para un sabor más intenso, añade una pizca de café soluble disuelto en un poco de agua caliente.
Se pueden congelar hasta 1 mes y comer directamente tipo “bombón helado” o las dejas descongelar unos minutos.
Con esta receta me salieron 18 trufas grandecitas, si las haces pequeñas te saldrán más.