Coloca los cacahuetes en un procesador de alimentos potente o en una batidora de vaso con motor fuerte.
Tritura en intervalos de 30 s, parando para raspar los bordes.
Primero obtendrás un polvo seco. Luego se formará una pasta espesa y, finalmente, los aceites naturales se liberarán hasta lograr una crema suave. Aunque al principio, parece que no se hará nunca la mantequilla de maní (cacahuete), confía en el proceso.
Después de 5–10 min (según el aparato), tendrás una mantequilla de cacahuetes cremosa y lista.
Si deseas, añade sal, aceite, miel, dátiles o canela y vuelve a batir unos segundos.
Para la versión crujiente, incorpora al final los cacahuetes troceados y mezcla a mano.
Guarda en un tarro hermético a temperatura ambiente hasta 1 mes o en la nevera para mayor duración (puede endurecerse un poco en frío).